A veces vale más no ir que estar de vuelta.



Yo tocaba el ukelele en Oklahoma
mientras tú yacías en una incubadora.

Yo tocaba el ukelele en Oklahoma
mientras tú creías en los Reyes,
mientras tú perseguías mariposas.

Yo tocaba el ukelele en Oklahoma
mientras tú cagabas de pie, la mierda
resbalando por tus níveas pantorrillas.

Yo tocaba el ukelele en Oklahoma
mientras tú aún no sabías lo que es un ukelele,
dónde queda Oklahoma.

Dios, no tenías ni puta idea de nada,
pero vivías una vida apasionante de recuerdos
lacrimógenos, de emociones intensísimas,
de descubrimientos.

Mientras, yo tocaba el ukelele, noche tras noche,
en la maldita Oklahoma de los cojones.

Soy tan idiota que soy cerveza.


Llega un momento en que aspiramos a escribir algo peor.
Oliverio Girondo


Tomo un trago de cerveza
y me quedo gilipollas.
Leo un verso de Girondo
y me desagilipollo.

Tomo un trago de cerveza
y me quedo gilipollas.
Leo un verso de Girondo
no comprendo, leo otro
y me desagilipollo.

Tomo un trago de cerveza
y me quedo gilipollas.
Leo un verso de Girondo
no comprendo, leo otro,
tampoco.
Espero
no haberme
quedado
gilipollas
para siempre.
Paso miedo.
Leo un verso de Girondo
y me desagilipollo.

Tomo un trago de cerveza
y me quedo gilipollas.
Leo un verso de Girondo
no comprendo, leo otro.
Siento que nada
tiene sentido.
Siento que nada
vale la pena.

Tomo un trago de cerveza.
Está buena.

Tomo un trago de cerveza.
Está fría.

Tomo un trago de cerveza.
La vida vale la pena.

Tomo un trago de cerveza.
La vida cobra sentido.

Tomo un trago de cerveza.
...

Tomo un trago de cerveza.
Tomo un trago de cerveza.

¡Coño! ¿y este libro de poesía?

Briznas de vida.


Qué estrecho resquicio narrativo
me has dejado al irte.
Llegué a llamarte "vida mía"
y ahora ya no estás. Después de todo
no eras mía, y yo aplasté bajo ti,
como la hierba bajo un picnic,
mi verdadera vida.

La brizna que al caer la tarde
húmeda y lenta se yergue como un falo
tendría una historia más prometedora
de no ser por los monstruos de la noche, cerniéndose
al acecho de las migas.

Qué estrecho resquicio de vida.

Soneto tú.


Soneto aquel que no chirría nada.
Soneto aquel que come con cubiertos.
Soneto aquel que siempre lleva bragas.
Aquel que besa y deja un ojo abierto.

Soneto aquel que llora y no descansa.
Soneto aquel que llueve y no se moja.
Soneto aquel que ya se ha ido a casa.
Aquel que sabe que es un pichafloja.

Aquel que nunca ríe es un soneto,
es un soneto aquel que no se enfada,
aquel que siempre dice "lo prometo"
es un soneto, aquel que siempre calla
y aquel que siempre habla es un soneto
y el que critica a aquel a sus espaldas.

Sonetos y sonatas,
puristas de la piel, los más abyectos
los libres carceleros del soneto.

Soneto.


Soneto soneto soneto soneto
soneto soneto soneto soneto.
Soneto soneto soneto soneto,
soneto soneto, soneto soneto.

Soneto soneto soneto soneto
soneto soneto soneto soneto,
soneto soneto soneto soneto
soneto soneto soneto, soneto.

Soneto soneto soneto soneto
soneto soneto soneto soneto,
¿soneto soneto soneto soneto?

Soneto soneto, soneto soneto
soneto soneto, soneto soneto
soneto, soneto, soneto... ¡soneto!

Cagüendiez.

Yo soy Dios y mi circunstancia.
(y si no la salvo a ella no me salvo yo)

Reina.



Pensé al verla
que era una princesa triste
y le encajé el calzado sin dudarlo.
Después la descalcé
y la besé en la frente.
Y se dejó el teléfono olvidado en mi memoria
mientras se iba
corriendo.

Pero no hay tanta suerte en el mundo
como para que no quepa toda
dentro de lo extraordinario.

Sentía que mi vida cambiaba,
aunque la tuya no cambia y entonces
la mía tampoco.

Tú quieres ver cada mañana un
nuevo rostro entre otras sábanas,
otras paredes.
Yo quise ser desde el principio
Príncipe Azul.

Primero entre los iguales siendo sincero;
azul, hasta el horizonte.

Mis paredes son horizontes azules.
Azules, mis leves sábanas.
Y la sinceridad que es no tener más de una cara.

diamante o párpado

Acaso  el preciosismo  en la poesía   dependa  de la joya en la mirada: si es un diamante o un párpado,  es decir, si multiplica u opaca. Te...