Interneeeet



Hoy no me apetecía escribir. No tenía ninguna idea, así que me metí a estas horas a navegar sin rumbo, a la deriva, por interneeeeet.

Internet es una cosa maravillosa. Voy a aprovechar este momento para decir una frase que me pone los pelos de punta: si no existiera, habría que inventarla.

Resulta que hace unos años no existía, o más bien, era como si no existiera. Sólo la usaban los del Pentágono para jugar a los barcos.

Recuerdo que, en aquella época, yo andaba en las cosas del estudio, y que por eso estaba en mi casa, en vez de estar haciendo la mili, que era una cosa que había en España porque los militares de aquí no tenían internet.

Todo el papeleo del mundo era de papel. Así, si querías conseguir una subvención del minimisterio de cultura, tenías que ir a Madrí, donde tenían unos impresos en los que te tenías que arrodillar a los pies de un excelentísimo señor funcionario y firmar que eras un mierda para que al final pasara lo mismo que ahora, pero en más tiempo: que no te la dieran.

Si tenías un amigo en otra ciudad se notaba, no era como ahora, que está todo el día enviándote chorradas al trabajo. De aquella, para comunicarte, como tampoco había móviles (no, no había, habéis leido bien) tenías que coger un boli BIC, un papel y escribir, cosa que ahora nos parece de locos, pero que tampoco costaba tanto, ya que teníamos práctica e incluso buena letra. Después había que comprar un sobre, un sello, salir de casa, buscar un buzón o una oficina de correos y tirar la carta por un agujero. Y había que fiarse de un tío que había ahí y que la iba a llevar personalmente a su destino. El Cartero (¿os dais cuenta de lo ridículo de ese nombre? es como si los panaderos se llamaran paneros). Por supuesto, la mitad de las veces, mientras hacías todas esas cosas, te dabas cuenta de que la carta te había quedado un poco sentimental y detenías el proceso. Hoy, sin embargo, le das al botón y eso ya no hay quien lo pare. Así nos va.

Antes también, si se te ocurría una estupidez, la escribías y la metías en un cajón. Así la leías al cabo de un par de años y te dabas cuenta de que justo acababas de dejar de ser gilipollas hacía un minuto (pasaba siempre). Ahora, gracias a internet, el fondo de tus cajones está al descubierto y cualquiera puede ver el interior de tu cabeza. Aunque como hay tantas cabezas abiertas, nadie va a mirar la tuya, así que en eso las cosas no han cambiado tanto.

Y luego está lo de los bancos, reservas de hotel, de vuelo, youtube, la wikipedia, el google maps y las tías en pelotas, que para qué os voy a contar.

Así que estoy a favor de internet y en contra de la deforestación, aunque no tenga nada que ver una cosa con la otra, porque todo ese papeleo no se ahorra, que es una de las consignas del progreso, que ningún avance científico frene el desastre.

Pero contra la deforestación Rajoy, que cree que un guarda forestal es un tío que examina a los forasteros.

5 comentarios:

  1. Si uno mira esta foto fijamente y respira hondo, puede oler la goma de las teclas del Spectrum (aunque creo que para que salga el truco hay que tener más de 30 años).

    http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/33/ZXSpectrum48k.jpg

    Empecé a perder el tiempo con uno de estos en 1984. No me imaginaba yo entonces que el aparato ese iba a ser el principio del fin. Orwell lo vio más claro.

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  2. Yo lo que veo al mirar la foto es una mezcla entre Xuan Acosta y Don Pimpon

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  3. Estoy con Igor... es la cara de Acosta cuando, en la pocha, jugó a hacer tres y se da cuenta de que había pedido dos.

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  4. Decía la foto del Spectrum que hay en el link que puse, no la de Rajoy/Acosta/Don Pimpón. Aunque claro, la culpa es mía por ponerme a contar mis rollos en lugar de comentar la "entrada original".
    Pero ¿de verdad pone esa cara Acosta?

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  5. Acosta puede poner esa cara porque es un gran actor.

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